Ventajas de un almacén vertical Los almacenes verticales son sistemas de almacenamiento que han sido diseñados para gestionar los stocks de cualquier tipo de producto de pequeño formato de manera automática y mecanizada en altura. Este tipo de almacén aprovecha más el espacio vertical que el horizontal, permitiendo que se pueda ahorrar hasta el 90% del espacio en el suelo. En este artículo, queremos destacar las ventajas de un almacén vertical y cómo este puede ayudar a mejorar la logística y el almacenamiento de cualquier empresa.
Como hemos mencionado anteriormente, uno de los mayores beneficios de un almacén vertical es que permite ahorrar una gran cantidad de espacio en el suelo. La posibilidad de alcanzar una altura de hasta 16 metros de manera segura y ordenada, permite que se puedan almacenar grandes cantidades de mercancía en un espacio reducido. Esto es especialmente útil en aquellos sectores en los que hay una rotación constante de productos o donde se necesita un alto volumen de almacenamiento en un espacio limitado.
La automatización de un almacén vertical permite que los procesos de almacenamiento y recuperación de productos sean más eficientes y rápidos. Esto se traduce en una mejora de la productividad, ya que se pueden gestionar mayores cantidades de mercancía en un menor tiempo y con menos recursos humanos. Además, la automatización también reduce la posibilidad de errores humanos, lo que se traduce en una mayor fiabilidad en el almacenamiento y recuperación de productos.
La automatización de los procesos de almacenamiento también permite mejorar la seguridad laboral. Al reducir la manipulación manual de la mercancía, se minimizan los riesgos de lesiones o accidentes laborales. Además, los almacenes verticales cuentan con sistemas de seguridad integrados que garantizan la seguridad de los trabajadores, como sensores de presencia o sistemas de bloqueo de seguridad.
La capacidad de almacenamiento de un almacén vertical es mucho mayor que la de un almacén convencional. Esto se debe a la posibilidad de almacenar productos en altura y a la mayor densidad de almacenamiento que se puede conseguir. Gracias a esto, se pueden almacenar una mayor cantidad de productos en un espacio reducido, lo que se traduce en una mayor capacidad de almacenamiento y en una optimización del espacio disponible.
Los almacenes verticales pueden ser personalizados para adaptarse a las necesidades de cualquier empresa. Esto significa que se pueden ajustar las dimensiones del almacén, la capacidad de almacenamiento, la velocidad de los procesos de almacenamiento y recuperación de productos, etc. Todo esto permite que el almacén se adapte a las necesidades específicas de cada empresa y que se pueda maximizar su eficiencia y productividad.
La automatización de los procesos de almacenamiento y recuperación de productos también permite reducir los costes operativos de una empresa. Al requerir menos recursos humanos para gestionar el almacén, se pueden reducir los costes laborales y mejorar la eficiencia.
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